Lo que es significativo después de treinta años de democracia es que aldeanos cejijuntos como el payés este representen a la Cataluña "oficial". Lo raro es que no se sienta turbado al cruzar el más pequeño de los afluentes del Segre.
Sólo un pigmeo intelectual se sentiría seguro liliputizando su país a la medida de su enanismo y del salón de su casa (cerrando bien la puerta del pasillo). Este es el genuino representante del mínimo común denominador que ha sustituido a D'Ors y a Pla como perfecta metáfora de la decadencia cultural de Cataluña (como lo es la deriva de Tarradellas a Montilla).
Libertad, dignidad... Y la dictadura de las mayorías... I tant. Va, ves a la merda
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