Elena Bonner, esposa del difunto Andrei Sakharov, habla ante una conferencia en Oslo
Al invitarme a esta conferencia el presidente del foro, Thor Halverson, me pidió que hablara acerca de mi vida, el sufrimiento que soporté y cómo fui capaz de soportarlo. Pero hoy, todo eso me parece bastante innecesario.
Así que sólo voy a decir algunas palabras acerca de mí.
A la edad de 14 años, fui privada de mis padres. Mi padre fue ejecutado, mi madre pasó 18 años en prisión y en el exilio. Mi abuela me crió a mí y a mi hermano menor. El poeta Vladimir Kornilov, que sufrió el mismo destino, escribió: “Y, en esos años, se sentía que no teníamos madres. Teníamos abuelas”. Hay cientos de miles de esos niños. Ilya Eheremburg nos llamó “los extraños huérfanos de 1937”.
Entonces vino la guerra. Mi generación fue casi arrancada de raíz por la guerra, pero yo tuve suerte. Volví de la guerra. Volví a una casa vacía. Mi abuela había muerto de hambre en el sitio de Leningrado. Después vino un departamento comunal, seis años medio hambrientos de escuela de medicina, enamorarse, dos hijos y la pobreza de un doctor soviético. Pero no estaba sola en esto. Todo el mundo vivía de esta manera. Después estuvo mi período de disidente seguido por el exilio. ¡Pero Andrei [Sakharov] y yo estábamos juntos! Y eso fue verdadera felicidad.
Hoy, resumiendo mi vida (a la edad de 86, trato de resumir mi vida todos los días que estoy todavía viva), puedo hacerlo en tres palabras. Mi vida fue típica, trágica y hermosa. El que necesite detalles – que lea mis dos libros, “Solos juntos” y “Madres e hijas”. Han sido traducidos a muchos idiomas. Lean las “Memorias de Sakharov”. Es una pena que sus diarios no hayan sido traducidos; fueron publicados en Rusia en 2006. Aparentemente, Occidente no está interesado ahora en Sakharov.
OCCIDENTE no está muy interesado en Rusia tampoco, un país que ya no tiene elecciones reales, tribunales independientes o libertad de prensa. Rusia es un país donde periodistas, activistas de derechos humanos y migrantes son muertos regularmente, casi diariamente. Y una extrema corrupción florece, de una manera y extensión que nunca antes existió en Rusia o en cualquier otra parte. Así que ¿Principalmente de qué discuten los medios masivos de comunicación occidentales? Gas y petróleo – de los que Rusia tiene mucho. La energía es su única carta de triunfo, y Rusia la usa como instrumento de presión y chantaje. Y hay otro tema que nunca desaparece de los diarios - ¿Quién gobierna Rusia? ¿ Putin o Medvedev? Pero que diferencia hace, si Rusia ha perdido completamente su impulso para el desarrollo democrático que pensábamos que veíamos en los comienzos de los ‘90. Rusia permanecerá en la forma en que está ahora durante décadas, a menos que haya alguna agitación violenta.
Durante los años desde la caída del Muro de Berlín, el mundo ha experimentado cambios increíbles en un excepcional corto período de tiempo. Pero ¿el mundo mejoró, o prospero mas, para los 6.800 millones de personas que viven en nuestro pequeño planeta?
Nadie puede responder a esa pregunta sin ambigüedad, a pesar de todos los logros en ciencia y tecnología y ese proceso que acostumbramos llamar “progreso”. Me parece que esa palabra se ha convertido en más alarmante, más impredecible y más frágil. Estas alarmas, impredecibles y fragiles. son sentidas, hasta cierto punto, por todos los países y todos los individuos. Y la vida cívica y política se convierte en más y más virtual, como una imagen en una pantalla de computadora.
Aún así, la imagen de la vida, formada por la televisión, los diarios o la radio, permanece siendo la misma – no hay fin para las conferencias, cumbres, foros y competencias desde los concursos de belleza hasta los de comer sándwiches. Dicen que la gente se reúne – pero en realidad, cada vez están más separados.
Y esto no se debe a que una depresión económica irrumpió de pronto y nos pateó una maldita gripe. Esto comenzó el 11 de setiembre de 2001. Primero, enojo y horror provocado por los terroristas que destruyeron las Torres Gemelas y el World Trade Center y por sus cómplices en Londres, Madrid y otras ciudades, y por los shahids, suicidas con bombas que se volaron a sí mismos en lugares públicos como discotecas y fiestas de casamiento, y cuyas familias fueron recompensadas con $25.000 cada una por Saddam Hussein. Más tarde, Bush fue culpado por todo y, como siempre, los judíos – esto es, Israel. Un ejemplo fue la primera Conferencia de Durban, y el crecimiento del antisemitismo en Europa, hecho notar hace algunos años, en un discurso, por Romano Prodi. Entonces fue Durban-2; el orador principal fue Ahmadinejad que propuso aniquilar a Israel.
Así que es acerca de Israel y los judíos que hablaré. Y no sólo porque soy judía sino, sobre todo, porque el conflicto de Medio Oriente, desde el fin de la 2ª Guerra Mundial, ha sido una plataforma para juegos políticos y apuestas por parte de las grandes potencias, para los países árabes y políticos individuales, que se esforzaron, a través del así llamado “proceso de paz”, de hacerse de un nombre y, quizás, ganar el Premio Nobel. En un tiempo, el Premio Nobel fue el más elevado premio moral de nuestra civilización. Pero después de diciembre de 1994, cuando Yasser Arafat se convirtió en uno de los tres nuevos laureados, su valor ético fue minado. No siempre saludé con alegría cada selección del Comité Nobel del Storting [parlamento noruego], pero esa me indignó. Y hasta hoy en día, no puedo entender y aceptar el hecho que Andrei Sakharov y Yasser Arafat, ahora póstumamente, compartan el ser miembros en el club de los laureados con el Nobel.
En muchas de las publicaciones de Sakharov (en su libro “Progreso, Coexistencia y Libertad Intelectual” y “Mi País y el Mundo”, en sus artículos y en sus entrevistas), Andrei Dmitrievich escribió y habló acerca de Israel. Tengo una colección de citas de sus escritos sobre este tema. Si fuera publicado en Noruega, muchos noruegos se sorprenderían de cuan claramente la visión acerca de Israel de sus contemporáneos difiere de la visión de Sakharov.
Aquí hay algunas citas de Sakharov: “Israel tiene un indiscutible derecho a existir”, “Israel tiene derecho a una existencia dentro de fronteras seguras”; “Todas las guerras que Israel ha librado han sido justas, forzadas por la irresponsabilidad de los líderes árabes”; “Con todo el dinero que ha sido invertido en el problema de los palestinos, hace mucho que habría sido posible reubicarlos y proveerles buenas vidas en países árabes”.
A TRAVÉS DE LOS AÑOS de existencia de Israel ha habido guerras. Guerras victoriosas y también guerras que no se le permitió a Israel ganar. Cada día - literalmente todos los días – existe la expectativa de un acto terrorista o de una nueva guerra. Hemos visto las iniciativas de paz de Oslo y el apretón de manos de Camp David y la hoja de ruta y tierra por paz (no hay mucha tierra – desde un lado de Israel, en un día claro, se puede ver el otro lado a simple vista).
Ahora, un nuevo motivo está de moda (de hecho es una vieja moda): “Dos estados para dos pueblos”. Suena bien. Y no hay controversia en el Cuarteto pacificador, compuesto por USA, la ONU, la UE y Rusia (vaya gran pacificador, con su guerra chechena y su provocación abkjaziana-ossetiana). El Cuarteto, los países árabes y los líderes palestinos (tanto Hamas como Fatah) le incluyeron demandas adicionales a Israel. Hablaré sólo de una demanda: que Israel acepte de vuelta a los refugiados palestinos. Y aquí son necesarias un poco de historia y demografía.
De acuerdo con la definición oficial de la ONU, se considera refugiados a aquellos que huyeron de la violencia y de guerras, pero no sus descendientes que nacieron en otro país. En una época, los refugiados palestinos y los refugiados judíos de países árabes eran, aproximadamente, la misma cantidad – alrededor de 700.000-800.000. El recientemente creado estado de Israel recibió judíos (alrededor de 600.000). Fueron oficialmente reconocidos como refugiados por la Resolución 242 de la ONU, pero no se les proveyó ninguna asistencia de la ONU. Los palestinos, sin embargo, son considerados refugiados, no sólo en la primera generación, sino también en la segunda, tercera y, ahora, hasta en la cuarta generación. De acuerdo con el informe de la Works and Relief Agency de la ONU, el número registrado de refugiados palestinos ha crecido de 914.000 en 1950 a más de 4,6 millones en 2008, y continúa elevándose debido al crecimiento natural de la población. Toda esta gente tiene derechos de refugiados palestinos y tienen derecho a recibir ayuda humanitaria.
La población total de Israel es de alrededor de 7,5 millones, de los cuales hay alrededor de 2,5 millones de árabes étnicos que se consideran palestinos. Imaginen entonces a Israel, si otros 5 millones de árabes la inundan; los árabes superarían sustancialmente a la población judía. Por lo tanto, creado junto a Israel, habría un estado palestino limpio de judíos porque, adicionalmente a la demanda que los refugiados árabes retornen a Israel, también está la demanda de que Judea y Samaria esté limpia de judíos y entregada a los palestinos – al mismo tiempo que en Gaza ya no hay un solo judío.
El resultado es tanto extraño como terrorífico, porque Israel sería esencialmente destruido. Es terrorífico ver la corta memoria del augusto Cuarteto pacificador, de sus líderes y de sus ciudadanos, si permiten que esto ocurra. Porque el plan “dos estados para dos pueblos” es la creación de un estado, étnicamente limpio de judíos, y otro con el potencial de ser igual. Un País Santo Judenfrei – finalmente el sueño de Adolfo Hitler convertido en realidad. Así que piensen de nuevo, aquellos que todavía son capaces ¿quién, hoy en día, tiene a un fascista dentro de él?
Y OTRA pregunta que ha sido una espina para mí durante mucho tiempo. Es una pregunta para mis colegas de derechos humanos. ¿Porqué la suerte del soldado israelí Gilad Schalit no los perturba del mismo modo que lo hace la suerte de los prisioneros de Guantánamo?
Ustedes lucharon y conquistaron la oportunidad para que el Comité Internacional de la Cruz Roja, periodistas y abogados visiten Guantánamo. Conocen las condiciones de la prisión, la rutina diaria de los prisioneros, su comida. Se han reunido con prisioneros sujetos a tortura. El resultado de vuestros esfuerzos ha sido la prohibición de la tortura y una ley para cerrar esta prisión. El Presidente Obama lo firmó en los primeros días de instalarse en la Casa Blanca. Y aunque él, igual que el presidente Bush antes que él, no sabe qué hacer con los prisioneros de Guantánamo, existe la esperanza que la nueva administración pensará en algo.
Pero durante los dos años en que Schalit ha estado en posesión de los terroristas, la comunidad mundial de derechos humanos no ha hecho nada para su liberación. ¿Por qué? Es un soldado herido, y cae totalmente bajo la protección de las Convenciones de Ginebra. Las convenciones dicen claramente que la toma de rehenes está prohibida, que a los representantes de la cruz Roja se les debe permitir ver a los prisioneros de guerra, especialmente a prisioneros heridos, y hay mucho más escrito en las Convenciones de Ginebra acerca de los derechos de Schalit. El hecho que representantes del Cuarteto mantengan negociaciones con la gente que mantiene a Schalit en un lugar desconocido, en condiciones desconocidas, demuestra vívidamente su desdén por los documentos de derechos internacionales y su total nihilismo legal. ¿Los activistas de derechos humanos también fracasan en recordar los documentos fundamentales del derecho internacional?
Y todavía sigo pensando (algunos encontrarán esto ingenuo) que el primer, diminuto pero real, paso hacia la paz debe se la liberación de Schalit. Liberación, y no su intercambio por 1.000 o 1.500 prisioneros que están en las prisiones israelíes cumpliendo sentencias judiciales por crímenes reales.
Volviendo a mi pregunta de porqué los activistas de derechos humanos están silenciosos, no puedo encontrar una respuesta excepto que Schalit es un soldado israelí, que Schalit es judío. Así que, nuevamente, esto es consciente o inconsciente antisemitismo. Otra vez, esto es fascismo.TREINTA Y CUATRO AÑOS han pasado desde el día en que vine a esta ciudad para representar a mi esposo, Andrei Sakharov, en la ceremonia del Premio Nobel de 1975. Entonces estaba enamorada de Noruega. La recepción que se me brindó me llenó de alegría. Hoy en día, siento “Alarma y Esperanza” (el título que Sakharov usó para su ensayo de 1977 escrito por pedido del Comité Nobel).
Alarma por los sentimientos antisemitas y antiisraelíes que están creciendo a través de Europa y aún en otras partes. Y, sin embargo, tengo la esperanza de que los países, sus líderes y sus pueblos, en todas partes recordarán y adoptarán el credo ético de Sakharov: “Al final, la elección moral resulta ser la más pragmática elección”.
De un discurso en el Foro de Libertad en Oslo el 19 de mayo
Traducción para porisrael.org : José Blumenfeld
Gentileza: Jorge Cohen
Reenvia: www.porisrael.org <http://www.porisrael.org/>
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