miércoles, 24 de marzo de 2010

Am Israel Jai

He estado siguiendo las noticias estos días sobre el acoso de los gobiernos de EEUU y del Reino Unido al  de Bibi Netanyahu en Israel.

Llego a la conclusión de que esta operación, claramente concertada, tiene el objetivo de intentar desestabilizar al gobierno de Israel.

Sobre las razones se puede especular. Pero hay una cosa clara: los israelíes consideran que la situación del desarrollo nuclear iraní está llegando a un punto de no retorno inaceptable, y las promesas incumplidas de las administraciones americanas y europeas para imponer sanciones dañinas al régimen de Tehran y el contínuo retraso de plazos y fechas límite, pondrían claramente en evidencia su voluntad y/o capacidad para imponerlas. De ahí la necesidad de desviar la atención y crear cortinas de humo.

Aparte de los idiotas de siempre, la excusa elegida por el gobierno norteamericano da vergüenza, por pueril y superficial. Los dobles standards, tanto americanos como europeos no merecen ni ser comentados. Destaca el rabioso cinismo de aplicar precisamente este casus belli a un primer ministro que recientemente admitió por primera vez la necesidad de dos estados, congeló los asentamientos en Judea y Samaria y que nunca se comprometió a restringir ninguna construcción en Jerusalem. Eso, y la falta de cualquier exigencia a la Autoridad Palestina que permanece sentada a la espera de que EEUU obtenga nuevas concesiones de Israel, que nunca antes estuvieron en la agenda, para sentarse a negociar. Parece que, sin duda, paga estos días ser un país declarado enemigo de EEUU al que se aplicarán actitudes de apaciguamiento y un doble rasero favorable, más que ser un aliado fiable.

Lo de los británicos y los pasaportes es, directamente, un sarcasmo. Escuchar a Miliband y a Hague en los Comunes era como ver en acción a Fofito y Milikito. La inmoralidad de los británicos en este tema no tiene límites. Los mismos que, tras criticar la operación Plomo Fundido en Gaza se están cargando civiles en Afganistán e Irak intentando, de paso, cazar algún terrorista. Esos mismos critican una operación "limpia" en Dubai para acabar con un indeseable. Y mientras ningún país se ha sentido ofendido por los cuatro pasaportes falsos que llevaba consigo el cabrón al que mandaron al infierno, los británicosy otros europeos han montado un escándalo por el uso de pasaportes doblados. Supongo que es porque sus agente viajan por el mundo con sus verdaderos pasaportes, de su país, con la dirección real y una foto de sus niños en la cartera. También los medios irreductibles de la izquierda inglesa se quejan del escaneo de los pasaportes en el aeropuerto Ben gurión. Como si las copias que mostró el jefe de policía de Dubai de los pasaportes falsos de poresuntos agente israelíes hubiesen sido obtenidad con conocimiento y consentimiento de sus dueños. Menuda desfachatez.

Y entre tanto adocenamiento como se lee en noticias y comentarios, y la cantidad de sabandijas malintencionadas que siguen saliendo de su escondite a esparcir su veneno, de vez en cuando una voz lúcida airea un poco este ambiente tan viciado y hostil:  Israel debe permanecer firme

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