Me parecen muy buenas las apreciaciones que ha hecho Martín a lo largo del blog, que creo matizan en algo su texto original.
Y, como el debate se ha ampliado al tema del anti-semitismo, me gustaría decir que creo que en España hay un anti-semitismo muy extendido, pero superficial en la mayoría de las personas (anti-semitismo sin judíos), un fashion statement, que será mucho más peligroso si se enquista.
Y, en previsión de otros comentarios, creo que no tiene mucho que ver con las acciones del Estado de Israel, igual que los tontos útiles de la kefiya tienen poco que ver con lo bien que lo hace Hamas. La mayoría de ellos no pueden poner cara y ojos a un judío, no pueden poner a Israel en el mapa. Sólo repiten como papagayos las barbaridades que oyen de una élite cultural atrincherada en posiciones trasnochadas, de pancarta sesentayochista, que no ha reconocido, ni reconocerá, los errores de haber encumbrado ideologías totalitarias y que resultaron en regímenes represivos, sean comunistas, dictaduras laicas a la Siria, o regímenes islamistas. Es así que gays se manifiestan codo con codo con barbudos, y feministas se ponen un chador para empatizar con el guerrillero musulmán al que van a entrevistar.
Los Saramago del mundo, su profundo rencor ante el sistema de valores Occidental, del que se aprovechan, su anti-americanismo / anti-capitalismo, se ceba, como siempre hicieron los stalinistas, los nazis, en el eslabón más débil, los judíos. El anti-semitismo se enmascara tras su fachada más políticamente correcta, anti-israelismo. Pero toma dos líneas de un artículo y medio slogan en una manifestación para ver de qué estamos hablando. Por eso, lo que haga Israel es relativamente poco relevante. Siempre han encontrado excusas. Esos “intelectuales”, seguidos de sus voceros y palmeros son el serio problema, porque todavía su voz pesa mucho, y su estatura moral no ha sido recalibrada.
Pero, como español, me fastidian también los comentarios que toman el todo por la parte. El anti-semitismo está muy extendido en España pero “España” no es anti-semita, porque es un patrimonio compartido por muchos y “los españoles” pensamos de modos diversos. Yo no atriburía a la Inquisición y a los Reyes Católicos fenómenos que hoy responden más a la última barbaridad que los críos ignorantes han oido en la SER o en TVE. La fuente de lo que salen a gritar no será una reflexión seria, ni un libro, ni siquiera una tradición mamada en casa. Será un corresponsal malintencionado o, más probablemente, un cantante tan ignorante como ellos. Creo que, de un modo irónico sobrevalorais su judeofobia y minusvalorais su cacao mental.
A algunos amigos no españoles en el blog les pediría por eso que reflexionasen sobre el error de tratar al todo por la parte, por muy extendida que esta sea. En Argentina, por ejemplo, también hubo y hay anti-semitismo, incluso institucionalizado, y de eso nos beneficiamos en España al acabar acogiendo a valiosos individuos de comunidades judías hispanoamericanas. Generalizar de ese modo al hablar de España es insultante para los españoles que nos partimos la cara contra la judeofobia.
Me ha gustado también este artículo de Jacobo Israel Garzón publicado hoy en La Razón.
EL ANTISEMITISMO NO NECESITA RAZONES
La intención de esta carta no es la de entrar en un debate acerca de lo que está sucediendo en Oriente Próximo, ni condenar algunas argumentaciones críticas contra Israel. Ésta es una misiva sobre los judíos y no sobre Israel, y pido que se entienda bien está distinción.
A raíz de la espiral de violencia que se está viviendo en «La Tierra más disputada», como la llama el historiador Joan B. Culla, hemos podido asistir en Europa y en el mundo a un recrudecimiento de actos antisemitas como no teníamos constancia desde hace mucho tiempo.
Resulta anecdótico, pero tal vez por ello ilustrativo, el hecho de que incluso la cantante Amy Winehouse ha sido señalada como una «judía a ser agredida» en una lista publicada en Gran Bretaña,donde figuran varios nombres de la política o la cultura de dicho país. Quiero destacar este nombre propio porque como ustedes sabrán, la señora Winehouse no se caracteriza especialmente por su relación con el Estado de Israel. El antisemitismo no necesita razones.
Según un estudio realizado por el Pew Research Center de Chicago, España es el país de Europa donde más rápidamente ha aumentado el antisemitismo en los últimos años (desde 2005 hasta ahora de un 21 a 46%). Por otra parte, una encuesta realizada por el Observatorio Estatal de Convivencia Escolar (organismo dependiente del Ministerio de Educación) revelaba hace unos meses que más de la mitad de los estudiantes de secundaria preguntados no quería sentarse al lado de un judío en el aula. Si tenemos en cuenta que la comunidad judía aquí es pequeña y poco visible, entonces, doblemente preocupante nos resultan estos datos, ya que volvemos a hablar del histórico «antisemitismo sin judíos» que España inventó. Teniendo en cuenta estos antecedentes y siendo conscientes de la capacidad que la explosiva situación de Oriente Próximo tiene para terminar de incendiar los ánimos, creo que los medios de comunicación deben asumir su gran responsabilidad a la hora de evitar echarle más gasolina al fuego. Deben evitar tomar «el todo por la parte» o la «parte por el todo».
No necesitan para criticar a Israel hacer referencia a supuestas características espirituales de los judíos (el antiguo «complot» judío, hoy convertido en el «lobby») que habrían resultado altamente inspiradoras para los autores de Los Protocolos de Los Sabios de Sion, panfleto publicado para justificar los pogromos de la Rusia zarista. No necesitan para criticar a Israel desprestigiar lo poco que queda de la memoria de las víctimas de la mayor barbarie humana jamás cometida haciendo comparaciones que resultan desde todo punto de vista inaceptables. Insisto en que no rechazamos ninguna crítica a Israel, ya que, como cualquier otro estado, sus acciones deben estar sujetas a debate. Pero me resulta muy importante hacer escuchar nuestra voz y pedirles encarecidamente que se esfuercen en luchar contra un antisemitismo que lamentablemente sólo busca una excusa para golpear. No es tarde, todavía.
*Jacobo Israel Garzón es presidente de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE).
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