Los hechos: un amplio grupo de energúmenos, algunos con la cara embozada, muchos extranjeros, apedrean la Embajada de Israel en Madrid. Para llegar hasta allí, ese grupo se desplazó por algunas de las mayores arterias de la capital, cargando sus proyectiles de alguna parte (en la Calle Velázquez no hay) y la policía les dejó llegar a un tiro de piedra (nunca mejor dicho) de la que debería haber sido la sede diplomática más protegida de España ese día.
Test: intenten un grupo de Vds acercarse a la embajada de EEUU, a plena luz del día, con la cara tapada y piedras en las manos. A ver si llegan a menos de 300 metros antes de que la tanqueta que hay apartada en la puerta tome medidas...
Pero ese no es mi punto, sino el anti-semitismo. Martín salía citado en La Razón este domingo denunciando este problema. O es simplemente una anestesia moral, una esquizofrenia ética que atenaza a muchos españoles tras años de lavado de cerebro?
La semana siguiente, la comunidad de vecinos del edificio donde está la Embajada puso un cartel señalando a los posibles agresores que la sede israelí se situaba en el ático. Un "a ver si apuntais mejor". Les faltó pedir a los funcionarios de la embajada que se identificasen con una estrella de David para evitar posibles agresiones a "trabajadores inocentes".
Los mismos vecinos de la Embajada reclamaron a ésta que se hiciese cargo de los gastos causados por el ataque. No a las asociaciones que organizaron la manifestación originaria, no al Ministerio del Interior que debería haber asegurado la protección. A la Embajada, que sin duda era la culpable... No cayeron en la cuenta que eso es exactamente lo que hizo Goebbels con los judíos el día después de la Noche de los Cristales Rotos.
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